ARTÍCULO ORIGINAL
Soporte nutricional y calidad de vida en pacientes con cáncer de esófago y cardias
Nutritional support and quality of life in patients with esophageal cancer and cardias
Carlos Antonio Oliva Anaya, Orestes Noel Mederos Curbelo, Juan Carlos García Sierra, Juan Carlos Barrera Ortega, Juan Antonio Castellanos González
Hospital Universitario "Comandante Manuel Fajardo". La Habana, Cuba.
RESUMEN
Introducción:
el cáncer de esófago es la neoplasia del tubo digestivo de peor
pronóstico. Su tratamiento constituye un desafío al tratarse de pacientes
con deterioro nutricional con incapacidad de ingerir alimentos. La mayoría
son tributarios de tratamiento paliativo.
Objetivo:
describir la experiencia en la atención nutricional de los pacientes con
cáncer de esófago y cardias con la introducción del grupo de
apoyo nutricional en el Hospital Universitario "Comandante Manuel Fajardo".
Método:
se presentan 126 enfermos con cáncer de esófago y cardias, 51 de ellos
con lesiones resecables a los que se realizó esofagectomía y 75 enfermos
con cáncer avanzado e intervenciones paliativas, atendidos desde 2006 hasta
2015, según los protocolos de actuación del grupo de apoyo nutricional.
Resultados:
todos los pacientes se encontraban entre 46 y 76 años, 69 % mayor
de 60 años, 87,3 % del sexo masculino, 90 % con antecedentes de tabaquismo
y 80 % de alcoholismo. La localización del tumor predominó en el un
tercio inferior del esófago y cardias, seguido por tercio medio y el tercio
superior. Presentaron desnutrición leve 4,1 %, 53,9 % moderada y 42 % grave.
Todos presentaron disminución de la albúmina y 57,9 %, la capacidad
funcional disminuida. Todos recibieron consejería dietética y dietoterapia
orientada. Se incrementó la supervivencia en 14 meses en los casos paliativos
y a 39 meses en los resectivos, comparado con un periodo anterior sin la presencia
del grupo de apoyo nutricional.
Conclusiones:
la valoración nutricional debe ser parte de la evaluación clínica
de los pacientes con cáncer de esófago desde el momento del diagnóstico
y durante la enfermedad, para identificar y corregir el déficit nutricional,
mantener y preservar el peso. Esto mejora la respuesta a los distintos tratamientos
oncológicos, aumenta la supervivencia y mejora la calidad de vida.
Palabras clave: cáncer de esófago; disfagia; soporte nutricional; calidad de vida; supervivencia.
ABSTRACT
Introduction:
esophageal cancer is a malignancy of the digestive tract with the worst prognosis.
Its treatment constitutes a challenge in the case of patients with nutritional
deterioration and inability to ingest food. Most of them are candidates for
palliative treatment.
Objective: to describe the experience regarding the nutritional care
of patients with esophageal cancer and cardias, with the introduction of the
nutritional support group at Comandante Manuel Fajardo University Hospital.
Method: 126 patients with esophageal cancer and cardia presented: 51
of them with resectable lesions and who underwent esophagectomy, and 75 with
advanced cancer and palliative interventions, treated from 2006 to 2015, according
to the performance protocols of the nutritional support group.
Results: all patients were at age 46-76 years (69 % over 60 years), 87.3
% were male, 90 % had a history of smoking and 80 % of alcohol. The predominant
location of the tumor was the third-lower esophagus and the cardia, followed
by the middle and upper thirds. They had mild malnutrition (4,1 %), 53,9 % had
moderate and 42 %, severe malnutrition. All of them showed decreased albumin
and 57,9 % showed decreased functional capacity. All of them received dietary
counseling and oriented diet therapy. Survival after 14 months was increased
in the palliative cases and after 39 months in respective cases, compared with
a previous period without the presence of the nutritional support group.
Conclusions: nutritional assessment should be part of the clinical evaluation
of patients with esophageal cancer from the time of diagnosis and during illness,
in order to identify and correct nutritional deficit, maintain and preserve
the weight, thus improving response to cancer treatments, and increasing survival,
which improves quality of life.
Key words: esophageal cancer; dysphagia; nutritional support; quality of life; survival.
INTRODUCCIÓN
El cáncer de esófago y cardias, es la neoplasia del tubo digestivo de peor pronóstico por su tardía prescripción y deterioro del estado nutricional, su tratamiento es un gran desafío y en la mayoría de los enfermos es paliativo.1-5 La desnutrición está presente en 79 % de los casos antes de iniciar tratamiento.3-4 Nuestro objetivo es describir la experiencia en la atención y manejo nutricional de los pacientes con cáncer de esófago y cardias con la introducción del Grupo de Apoyo Nutricional (GAN) en el Hospital Universitario Comandante Manuel Fajardo.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, analítico, prospectivo de corte trasversal, tipo serie de casos de los enfermos con cáncer de esófago y cardias atendidos en el periodo desde 2006 hasta 2015. El universo y muestra del trabajo estuvo constituido por 126 pacientes donde participó el Grupo de Apoyo Nutricional (GAN) creado en 2005 para definir y aplicar los programas de intervención alimentaria-nutrimental y metabólica de los pacientes hospitalizados. Los criterios de inclusión fueron el diagnóstico, la confirmación histológica y la atención del GAN. Esta incluyó aspectos clínicos, parámetros antropométricos (Peso, Talla, e IMC), bioquímicos (hemograma con diferencial, proteínas totales, albúmina, glucemia, creatinina y colesterol) inmunológico (conteo de linfocitos = Total de leucocitos x % de linfocitos / 100) y funcionales (como la medición de la fuerza en mano no dominante), tipo de intervención nutricional y supervivencia.
La encuesta de valoración global subjetiva (VGS) del estado nutricional permite clasificar las categorías de desnutrición y establecer la modalidad nutricional:
RESULTADOS
La edad varió de 46-76 años con un promedio de 63 años, predominó el sexo masculino (87,3 %), en 48 % existían enfermedades crónicas. Existían antecedentes de tabaquismo en 90 % y en 80 % de alcoholismo. La disfagia, pérdida de peso y odinofagia estuvo presente en 68 %. La localización más frecuente del tumor fue en un tercio inferior del esófago y cardias 50 %, 40 % en tercio medio y 10 % en el superior. En estadio II, 7 %; en el III, 53 % y en el IV, 40 %. Según IMC, 42 % presentaban desnutrición grave, 53,9 % moderada y 4,1 % leve. El 58,7 % con disminución de la capacidad funcional (tabla 1). En todos los pacientes estaba disminuida la albúmina y en 57,9 % el colesterol. En 48,4 % estaban disminuidos los linfocitos, con predisposición de una infección (tabla 2).
Todos los pacientes recibieron valoración e intervención nutricional con consejería dietética y dietoterapia orientada con suplementos, soporte enteral por yeyunostomia y alimentación oral después de colocación de prótesis en el cáncer avanzado, con seguimiento y monitoreo nutricional. La nutrición parenteral se empleó en pacientes desnutridos y nutrición mixta, parenteral y enteral, antes de la cirugía y el posoperatorio, hasta comenzar la alimentación oral (tabla 3).
Se logró un incremento en la supervivencia hasta 14 meses en el cáncer avanzado y 39 meses en los tumores resecable, superior al periodo sin el GAN (tabla 4).
DISCUSIÓN
Entre los factores de riesgo de cáncer de esófago se destaca la ingestión de bebidas alcohólicas, el hábito de fumar y la ingestión de carcinógenos como nitritos, opiáceos fumados y determinadas micotoxinas.2,3,6-7 Al diagnóstico, 40 % - 80 % presentan desnutrición, aumento de morbilidad, mortalidad, tiempo de hospitalización y fracasos terapéuticos.7-12
La dieta con frutas y verduras posee un efecto protector y la obesidad aumenta el riesgo de la enfermedad por reflujo y esófago de Barret.13-16 El peso es un indicador nutricional, un peso inferior al 10 % del peso ideal y una pérdida mayor del 10 % se asocia con aumento de riesgo de complicaciones. El tratamiento de la pérdida de peso produce mejoría de la supervivencia y disminución de complicaciones. El IMC expresa la pérdida de peso en relación con la talla. La desnutrición grave tiene repercusión en el sistema inmunológico, estuvo presente en 40 % de la serie.17-21
Entre los marcadores nutricionales, destaca las concentraciones plasmáticas de proteínas viscerales, sintetizadas en el hígado, como medición de la masa proteica corporal. Las proteínas somáticas como la creatinina sérica para determinar la masa muscular y el número de linfocitos, para evaluar la respuesta inmunitaria, la disminución de colesterol se asocia a incremento del riesgo de mortalidad en ancianos.21 En la valoración proteica visceral utilizamos las proteínas totales y la albúmina, una albúmina disminuida permite establecer la desnutrición, pero en períodos cortos, por su vida media de 14 a 21 días.
El conteo total de linfocitos es un indicador inespecífico del estado de inmunocompetencia y mide la capacidad de movilizar células inmunoactivas para enfrentar la agresión. Un conteo de linfocitos menor de 1 500 células/mm alerta de riesgo de contraer una sepsis. La albúmina sérica y los linfocitos predicen complicaciones posquirúrgicas, de estar bajos, la probabilidad de complicación es del 90 %. El estadio y duración de la disfagia determina la magnitud de la pérdida nutricional y la alimentación inadecuada conduce a una desnutrición energética nutrimental (DEN) con adelgazamiento. La frecuencia y grado de DEN está vinculado al tipo de tumor, estadio y el plan oncológico.21 La mayoría de los enfermos refieren disfagia, pérdida de peso y odinofagia.22-33 Loaeza y Villalobos observaron disfagia (87 - 97 %), pérdida de peso (96 - 100 %), pirosis (30 - 55 %), odinofagia (21 - 30 %), hemorragia (17 - 21 %), broncoaspiración (7 - 17 %), dolor abdominal (24 - 26 %) y astenia (14 - 48 %).9
Antes de iniciar la nutricional realizamos valoración del estado de salud, tipo de tumor, estado nutricional, respuesta previsible y su capacidad y predisposición para afrontar la situación, para determinar el riesgo e iniciar estas medidas nutricionales. Los métodos varían desde modificación de la dieta, complementos alimenticios, alimentación enteral y endovenosa, la historia dietética, las determinaciones antropométricas, los exámenes de laboratorio, cálculo de necesidades nutricionales y evaluación dietética. Las metas del tratamiento nutricional son: evitar o revertir las deficiencias de nutrientes, conservar la masa corporal, ayudar a tolerar los tratamientos, reducir los efectos secundarios y las complicaciones, mantener la fortaleza y la energía, proteger la función inmune, disminuir el riesgo de infección, ayudar en la recuperación y mejorar la calidad de vida. La caquexia constituye una amenaza vital más inmediata que los efectos locales del tumor.17-21 En el cáncer avanzado, la meta nutricional es el alivio de los síntomas,21 que el enfermo sea capaz de incorporarse de la cama, asearse, vestirse y acercarse a una mejor calidad de vida.21 La cirugía es el principal tratamiento en etapas tempranas, (Tis-T1a N0) con una operación radical (esofagectomía y una linfadenectomía regional) y en el tumor avanzado el tratamiento es paliativo,1,4,22-25,34,35 dirigido al alivio de la obstrucción- causa de desnutrición y morbimortalidad-36-39 aumentar la tolerancia a la quimio-radioterapia, ofrecer bienestar y mejorar la calidad de vida.
El desarrollo de vías de acceso, nutrientes y equipos interdisciplinarios posibilitan que los pacientes abandonen el hospital y se reintegren a la vida familiar con una calidad aceptable.18,21 En nuestro protocolo se incluye el soporte nutricional adecuado y evaluación del riesgo quirúrgico independiente si el tumor es resecable o no. Las ostomías alimentarias definitivas (gastrostomía o yeyunostomía), fueron consideradas un procedimiento de última opción, por su problema ético.30-31 La valoración y soporte nutricional permitió una preparación adecuada en pacientes con lesiones resecable, mejorar el estado nutricional y disminuir las complicaciones posoperatorias. En los cánceres avanzados, se brindó una intervención alimentaría, evitando la pérdida rápida de peso lo cual revertió la desnutrición, al ser favorecidos por ostomías alimentaría, implantación de prótesis y alimentación parenteral o mixta. En todos los enfermos fue posible la colocación de una prótesis transtumoral esofágica.
Los enfermos con cáncer de esófago son un desafío por el estado generalmente avanzado de deterioro nutricional en que consultan. Es importante la evaluación clínica del estado nutricional desde el diagnóstico para corregir el déficit nutricional, proporcionar una vía de alimentación enteral temprana, reducir la pérdida de peso, evitar los efectos secundarios de la desnutrición, mejorar la respuesta al tratamiento, disminuir las complicaciones, disminuir el costo hospitalario, aumentar la supervivencia y la calidad de vida.
Conflicto de intereses
El autor no declara conflictos de intereses.
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Recibido: 5 de
abril de 2016.
Aprobado: 15 de mayo de 2016.
Orestes Noel Mederos Curbelo. Hospital Universitario "Comandante Manuel Fajardo". La Habana, Cuba.
Correo electrónico: noemed@infomed.sld.cu